Por Eduardo I. Escalona R.
“Como te ven, te tratan” es la expresión que mejor describe la visión materialista de nuestra sociedad.
En la actualidad, se le da más importancia a lo que “traemos puesto” que a la calidad de las relaciones humanas. Estamos siendo bombardeados constantemente con la necesidad de invertir en una “imagen” para poder ser aceptados o tomados en cuenta (tales como traer el teléfono celular más moderno, lo último de la moda en ropa, el modelo mas reciente de automóvil, etc.), que a la necesidad de elevar nuestros valores y ética. En pocas palabras, la sociedad esta perdiendo su sensibilidad a las necesidades de los demás y se esta volviendo cada vez mas superficial en su trato de unos con otros.
La iglesia no ha sido la excepción en esta realidad. En efecto, la iglesia de Jesucristo ha cedido ante tal presión desde sus inicios. He aquí algunos ejemplos:
Las viudas desatendidas por ser griegas (Hchs. 6.1).
Algunos presumían ser más que los demás por haber sido bautizados por alguno de los apóstoles (1 Co. 1.11-13).
Algunos presumían ser más que los demás por tener más conocimiento que los demás (1 Co. 3.18-19; 4.18-20).
Algunos menospreciados por la comida (Ro. 14.15).
Los pobres menospreciados durante
Algunos menospreciados por no poseer algunos dones espirituales (1 Co. 12.14-18).
Algunos menospreciados por su manera de vestir (Stgo. 2.1-4).
En la actualidad, la iglesia de Jesucristo cae muchas veces en los mismos errores al menospreciar a otros por su forma de vestir o por su forma de hacer las cosas. El conocimiento, la tecnología, la moda los bienes materiales y los dones espirituales son a veces la causa por la cual se dividen las iglesias o se pierden personas por las que Jesucristo murió en la cruz. Sin embargo, cuando pensamos en lo útil que resulta la tecnología para el reino y lo práctico que suele ser la moda en algunos casos, la necesidad de conocimiento y los dones espirituales y por supuesto, los bienes materiales, la pregunta sería ¿Es que acaso debemos desechar todo esto para evitar caer en el juego del mundo? La respuesta es un definitivo y rotundo ¡NO!.
Todas las cosas que tenemos en este mundo (bienes materiales) han sido provistas por Dios para ser utilizadas en su reino (1 Jn. 3.17-18). De igual manera, nuestras habilidades naturales y dones espirituales nos fueron dados por Dios para ayudar a su iglesia a crecer (Ef. 4.11.12). En lo concerniente a la moda, el atuendo de la mujer siempre ha sido un problema, pues la sociedad ha buscado vestir a la mujer conforme a una perspectiva machista, esto es, para complacer el ojo del hombre. Ya en los tiempos bíblicos se veía esta tendencia y por esto los apóstoles no dejaron de tratar este tema entre las iglesias:
Que las mujeres se vistan con pudor y modestia (1 Tim. 2.9-10).
Que las mujeres no se adornen con atuendo exterior sino interior (1 Pe. 3.3-6).
Sin embargo, cuando analizamos las modas de hoy en día tanto de hombres como de mujeres, podemos ver que tanto el hombre como la mujer deben tener precaución en cuanto a su modo de vestir, ya que las modas parecen tener como objetivo la provocación uno de otro.
Cuando analizamos las palabras que menciona Pablo en 1 Tim. 2.9-10 para vestir, entendemos las consideraciones que debemos seguir para poder vestirnos correctamente:
DECOROSA: Griego Kosmios (kovsmio") que significa “ordenadamente”. Viene del griego Kosmos (kovsmo") que significa “arreglo ordenado” (es la misma palabra que usamos para describir nuestro Cosmos o universo y se traduce como “mundo” en las Escrituras).
PUDOR: Griego Aidos (aijdwv") que significa “cohibición (hacia los hombres)”, “modestia o (hacia Dios) admiración”.
MODESTIA: Griego Sofrosune (swfrosuvnh) que significa “cordura de mente”, “cordura o dominio propio”.
Dios no quiere que dejemos las modas, sino que vistamos con una mente saludable. Una mente saludable no concebiría vestir de forma que provocaras (como el caso de la ropa sensual o entallada) o intimidaras a otros (como el caso de la moda PUNK o los DARKETOS), sino de una forma ordenada y con admiración hacia Dios.
Por otra parte, si actuamos con salud mental en cuanto a nuestros bienes materiales o posesiones, conocimiento, dones espirituales, habilidades naturales, etc., no nos andaremos exhibiendo ni presumiendo ni sintiéndonos mas o menos. ¡Sofrosune (salud mental) es el último grito de la moda en el mundo cristiano!
