viernes, 15 de febrero de 2008

¿De Dónde Has Salido?


(Hebreos 1: 3)= El cual (Cristo) siendo el resplandor de su gloria, (La del Padre) y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Hay leyes espirituales de la gracia, hay nuevos mandamientos en Cristo Jesús, y han de ser obedecidos si nosotros hemos de ser usados y bendecidos por Dios.

No tenemos que confundirnos porque, entonces sí, vamos a caer en el legalismo autoritario, sectario y ridículo que el mundo incrédulo no puede entender de modo alguno que venga del Dios de amor o del Cristo de la redención. No estamos bajo la ley de Moisés, sino bajo una ley divinamente dinámica que emana de la Gracia y el amor de Dios.

(Juan 14: 15)= Si me amáis, guardad mis mandamientos.

Ya te lo enseñé. Un mandamiento no es ni una sugerencia, ni un consejillo práctico, ni una opinión humana. Es una orden. Y en un ámbito bélico, (Somos soldados de un ejército, recuérdalo), una orden nos deja dos alternativas: se obedece y somos soldados útiles, o se desobedece y nos convertimos en desertores o en traidores.

(Romanos 5: 5)= Y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.

Dice que tener esperanza de ninguna manera puede ser motivo de vergüenza. ¿Nunca intentaron avergonzarte, tanto en privado como en público, por tener esperanza en Dios? En tu reacción ante esta agresión se verá, primero, tu estado de madurez, y segundo, tu grado de libertad en Cristo.

Si dices para tus adentros: “¡No me entienden, mejor no digo más nada!” y te recluyes, te marginas en una burbuja de material plástico llamada “congregación local”, ni estás maduro, ni eres automáticamente libre en Cristo. Si perseveras contra viento y marea, la cosa es diferente.

Quiero aclararte, asimismo, que la palabra AMOR, en este pasaje, es la palabra AGAPE, que es una de las cuatro que se utilizan en la Biblia y es la que define el amor de Dios. AGAPE significa una invencible benevolencia y una irreductible buena voluntad que siempre busca el bien de la otra persona, sin que importe lo que esa persona haga.

Es una palabra a la cual el cristianismo le dio un nuevo significado, ya que muy raramente este término se utiliza en alguno de los manuscritos pertenecientes a esa época. AGAPE es el amor sacrificial que da libremente sin pedir nada a cambio y que no se detiene a considerar el valor de su objeto.

AGAPE es un amor que se ofrece conscientemente, mientras que PHILOS, otra palabra que también significa AMOR, depende de las circunstancias involuntarias; tiene que ver con Voluntad más que con emoción. AGAPE describe el amor incondicional de Dios por el mundo.

Sabemos que es la esperanza del amor de Dios. Esto tiene que ver con el sello indeleble de ese Espíritu Santo en el momento de la conversión genuina. En Cristo y solamente en Cristo estamos libres del pecado y de sus consecuencias horrendas, para que sirvamos al Dios vivo.

(Juan 8: 34)= Jesús les respondió: de cierto, de cierto os digo: que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.

(35) Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo si queda para siempre.

(36) Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Esto, en contra de algunas enseñanzas muy particulares, nos demuestra claramente que no es nuestra estirpe étnica o familiar la que nos hace aceptos a Dios, sino el honrarlo a través de la fe y el amor a Jesucristo.

Conviene andar con pies de plomo, entones, en estos días de doctrinas engañosas y destructoras, no sea que nuestra libertad nos guíe a nosotros y a nuestros hijos a la esclavitud.

Alguien me dijo alguna vez al pasar: “Mira, hermano…¿Qué quieres que te diga? Yo no salí un glorioso día de la esclavitud del pecado, para caer en la esclavitud de una politiquería religiosa”… Perfecto. ¡Que gran cosa sería si todos tuviéramos la suficiente memoria, - Al meternos en vericuetos políticos internos -, como para recordar de donde nos sacó el Señor.

Claro está que no todos encontraron a Cristo de grandes, de adultos. No todos han vivido años de oscuridad chapaleando el barro mugriento y maloliente del pecado del mundo hasta que el Señor los rescató de allí. Muchos son los que han experimentado la enorme bendición de haber nacido en un hogar cristiano y, por lo tanto, tienen el evangelio una visión muy distinta.

Pero siempre los hijos habrán de tomar los modelos paternos. Una familia de fe, engendrará y dará a luz hijos que al menos sabrán que es la fe. Pero una familia de “operadores políticos religiosos”, engendrará y dará a luz hijos que harán de la política eclesiástica interna una burda sátira del evangelio y de la libertad en Cristo prometida.